¿Cómo trabajar el bullying en las escuelas? ¿De qué manera impacta en el niño o adolescente? En Maped Docentes conversamos con María Zysman, psicopedagoga y fundadora de la Asociación Civil Libre de Bullying, para que nos brinde una mirada profunda en torno a dicha problemática. La asociación realiza talleres, actividades y capacitaciones en los programas de responsabilidad social empresarial, y también van a escuelas, clubes y barrios para prevenir, detectar y abordarlo.
En primer lugar, María define al bullying de la siguiente manera: “El bullying es el hostigamiento sostenido, reiterado e insistente de un chico con mucho poder hacia otro que no puede responder. Todo sucede a la vista de un público que sostiene la humillación. Es una cuestión de niños y adolescentes en edad escolar, no necesariamente en la escuela. Hablamos de bullying cuando son pares que abusan de su poder.
Desde que se inventó el celular el espacio del cyberbullying es enorme. Nuestra insistencia es que lo que pasa en las redes los chicos lo traen a la escuela, no dejan las redes afuera. Con las clases virtuales los chicos actúan como si fuera su terreno porque hasta el año pasado era su espacio, no de los docentes. Los docentes pretendemos actuar en la vida digital con los mismos recursos que tenemos en la vida presencial y es algo imposible porque es pensar en aplicar las leyes de tránsito en el mar, es otra norma, son otros modos de vincularse.
Cuando hablamos de bullying se lo minimiza o se lo exagera. Pocas veces se toma el sufrimiento de cada uno de los integrantes de esa estructura por lo que es. Vemos que en cada escuela a la que fuimos hay cantidad de chicos que hacen bullying, otros que lo sufren pero la mayoría son testigos.
Algo que hay que transmitirle a los docentes es que la fuerza está en la prevención y para eso hay que hacerlo desde el nivel inicial. Con la misma facilidad con la que se incluye, se excluye. Es ideal que las familias y escuelas trabajen juntas para que los chicos puedan relacionarse en un clima sin discriminación, con empatía, solidaridad, escucha, con toma de turnos, juego, expresión artística, teniendo en cuenta la hospitalidad, la aceptación y la invitación. Luego continuar en primaria y secundaria pero donde el bullying no sea una materia u horario de lunes a viernes sino constante, que permanentemente estén presentes los vínculos de los chicos y de quienes hacemos las escuelas.”
María resalta: “Es fundamental trabajar desde el propio ejemplo. Ningún docente le hace bullying a los chicos porque para hablar de bullying hablamos de paridad. El vínculo de alumno-docente es asimétrico, si se abusa de esa asimetría para conseguir ciertos beneficios el docente está haciendo abuso de autoridad, no bullying, pero invita a los demás chicos a que lo hagan.” Los docentes educamos más allá de lo consciente, más allá de los contenidos, y los chicos registran la manera en que nos relacionamos con ellos y con otros docentes de tal manera que puede influir de forma positiva o no en su comportamiento.
“Hay pequeñas cosas que uno naturaliza y luego las enseña e incentiva de alguna manera. Hay que enseñar a hacer otro tipo de humor. No se trata de no poner un apodo a otro sino que cuando empieza a sufrir uno de los integrantes ya no es gracioso. Si un chico hace bullying lo hace por algo, no lo justifica ni lo excusa de su responsabilidad. Hay que hacer una diferencia entre comprender lo que está pasando y justificarlo. Primero como docente voy a salvar a quien está siendo hostigado. Además de eso hay que pensar qué hizo que el que lo haga lo haga y qué pasó que los espectadores no me vinieron a pedir ayuda.”
- ¿Cómo impacta en el aprendizaje un chico que sufre de bullying?
“Lo que mueve a hacer bullying es el odio, la discriminación, la falta de asertividad, la envidia y los celos. Si pretendo que el chico aprenda sintiéndose excluido, burlado, ignorado, no lo voy a poder conseguir. Las víctimas de bullying no se pueden concentrar, no pueden aprender. Permanentemente están a la defensiva, viendo desde donde viene el ataque y les cuesta mucho proyectarse. Los docentes tenemos que trabajar que hay salida para esto. El bullying deja consecuencias cuando nadie te escucha, pero si te escuchan esto se puede revertir. Una de las vías de sanación es el arte. Mediante la música, el teatro, la plástica esto se empieza a cerrar.”
- ¿Qué consejos les darías a los docentes para prevenirlo, detectarlo y tratarlo?
“Para prevenirlo recomiendo tomar ciertos temas como eje de su trabajo: discriminación, empatía, solidaridad, juego compartido, inclusión desde el nivel inicial con los chicos y las familias. Por otra parte tener bien en claro y posicionarse en relación a que no va a tolerar gestos discriminatorios en el aula. No tolerarlos no quiere decir castigar, expulsar, sancionar de manera punitiva porque nos quedamos con las escuelas vacías pero que quede claro que ciertos comentarios tienen una consecuencia.
Para detectar: estar muy atentos a los cambios de comportamientos de los chicos y tomar en serio los reclamos.
Hay estrategias puntuales para pensar en casos de bullying: La confidencialidad, el hablar siempre primero con quien está siendo hostigado, ver quienes molestan y hacerle ver que hay otros chicos en el aula que tal vez no registró y promover que tenga otros espacios de socialización, generar la palabra, plantear con grupos de estudiantes los sentimientos a partir de películas, favorecer actividades de expresión relacionadas con la música, plástica, el teatro, la narración. Poner en palabras lo que los chicos viven y sufren en el colegio es una oportunidad para que los docentes vean qué lo generó. El bullying es síntoma de otra cosa. Tengo que descubrir esa otra cosa.
Muchas veces empatizamos pero no sabemos cómo actuar. Hay que focalizarse en el qué hacer cuando uno empatiza. Construyamos con los chicos un abanico de posibilidades de acción cuando uno empatiza.”
- ¿Hay algo que te gustaría agregar?
“Estamos convencidos de que además de enseñar a defenderse, les tenemos que enseñar a no atacar. Tengo la posibilidad de ser bueno, hospitalario, paciente, cariñoso, de invitar, de incluir. Es muy lindo sentirse invitado. Pensemos en cómo nos gustaría que nos inviten para poder invitar a los demás.”
Conocé más acerca de la Asociación Civil Libre de Bullying en su cuenta de Instagram @libresdebullying.