¿Cómo se puede encarar el cierre de año escolar en pandemia? El fin de año es uno de los momentos más emotivos del ciclo, y más para los grupos que terminan jardín, primaria o secundaria. En este año tan particular, difícil y desafiante, la incertidumbre además nos plantea muchas preguntas para respondernos.
Para eso, en Maped Docentes conversamos con Lucas Raspall sobre el impacto que puede tener cerrar el año en este contexto y sobre todo para encontrar una respuesta a la pregunta más grande de todas: ¿Dónde se pueden encontrar herramientas o apoyo?
Te invitamos a leer y compartir estas reflexiones donde abordamos los interrogantes que todos compartimos y la mirada compañera, reflexiva y aliada de Lucas:
1-Siempre hablándoles a nuestros y nuestras docentes, ¿Cómo se puede encarar el cierre de año escolar en pandemia?
El cierre de año siempre supone un momento muy importante, tanto en lo académico como en lo simbólico. Las particularidades de este contexto que hizo que presencialmente nos hayamos visto tan poco o casi nada sugieren también que el cierre será muy distinto, pero no menos importante.
Se trata de poner en palabras el fin de un ciclo muy especial, atravesado por la incertidumbre, las preocupaciones, la tristeza, el miedo, el dolor… y no sólo en el contexto más inmediato de la escuela, sino de la ciudad, el país y el mundo.
2-¿Qué recomendaciones les darías?
Un cierre de estas características requiere, primero, de un proceso de introspección sincera por parte de la o el docente, una instancia de reflexión respecto del propio recorrido a lo largo del año. Sin este paso inicial, sería difícil encarar lo que sigue.
Luego, una mirada atenta de los distintos momentos de la pandemia, dado que fueron muy diferentes las sensaciones en cada fase o etapa: abril no fue igual que junio, ni agosto se parece al actual noviembre.
Finalmente, una observación profunda y sensible del camino de cada uno de los alumnos y alumnas del curso, cómo fueron sus trayectorias en lo académico y en lo personal –hasta donde conozcamos-.
Cada uno de estos pasos debe hacerse sin apuro y con mucha atención, dado que allí se encontrarán los insumos para construir un cierre a la altura de las necesidades de niñas, niños y adolescentes, y, también, de las y los docentes.
3-¿Cuál es el impacto que puede tener cerrar el año en este contexto para alumnos que están terminando sus ciclos de jardín, primaria y secundaria?
Un elemento más a considerar para el armado de este cierre es qué más que el ciclo lectivo se cierra para aquellos que están terminando salita de 5, 7° grado o 5° año: aquí lo simbólico y real del fin y la nueva apertura amerita que las palabras y los sentimientos puedan circular libremente por los espacios que compartimos.
Es mejor pensar y ofrecer el cierre como un proceso, y no como un día particular o un momento, un camino a desplegar sin apuro para generar ese ambiente de confianza y seguridad en el que niñas, niños y adolescentes se animen a sacar de adentro lo que es íntimo para compartirlo con sus pares y con las y los docentes: no se trata sólo de habilitar la expresión de las emociones y pensamientos sino de facilitar que esto suceda.
4-¿Cómo ayudar a gestionar el miedo de los chicos frente a una pandemia que los aisló de sus compañeros, que afectó su rutina durante todo el año y que no parece tener, a corto plazo, una resolución de cara a 2021?
En todos los casos el cierre, más allá de la tragedia, debiera encontrar ese clima de armonía, de fe y esperanza que tanto ellos como nosotros necesitamos para seguir adelante con fuerza y ganas, incluso sabiendo -y, por qué no, exponiéndolo- que el año que viene será también muy complejo y diferente de lo que conocimos años atrás.
Seguramente estemos mejor preparados: la incertidumbre será menor, los cambios de la realidad cotidiana también serán menores, tendremos mayores y mejores recursos para encarar el desafío.
5-¿Qué mensaje podríamos compartir con las docentes que tienen grupos que egresan?
El cierre siempre es una instancia clave: requiere de nuestra mayor atención y sensibilidad para, sólo así, poder acompañar a cada niña, niño o adolescente en la organización de su experiencia, mirando con detenimiento su paso por las diferentes etapas, justipreciando sus pensamientos y sentimientos, valorando lo bueno del camino y observando con igual cuidado aquello que no fue bueno o elegible.
Procurando mostrar que tantas veces las cosas no son justamente como las queremos pero que siempre hay una oportunidad para construir –con lo que tenemos o conseguimos- un mejor lugar para todas y todos.
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Lucas Raspall es médico psiquiatra, psicoterapeuta Cognitivo Posracionalista, psicoterapeuta Zen, profesor universitario y autor de nueve libros y numerosas publicaciones científicas. Además es vocero en Argentina de la Fundación América por la Infancia. Actualmente es Subsecretario de Desarrollo Humano en Municipalidad de Rosario. Conocé más en su Instagram @lucasraspall.