“Soy maestra”, dice Ruth Harf. Esta semana participó en la presentación de un libro en el que aporta su mirada sobre la autoridad pedagógica y volvió a compartir definiciones valiosas e imprescindibles. Compartimos detalles del proyecto y una extracto del texto que presentó junto a otros docentes y profesionales de la Educación. “El educador establece esta relación de autoridad a medida que logra constituirse como referente y al mismo tiempo no deja de ser el puente entre los alumnos y el conocimiento”, aseguró.
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¿A qué se parece la escuela? A partir de esta pregunta una comunidad de docentes y referentes en Educación propuso abrir el diálogo para ver hacia qué caminos y qué propuestas los llevaban las respuestas encontradas. Como resultado de esa búsqueda, que los llevó un trabajo de cinco años, surgió un compilado de diferentes miradas de especialistas que ahora tomó forma de libro y que esta semana fue presentado junto a sus autores y con Ruth Harf y Daniel Brailovsky, referentes entre educadores y docentes, como invitados principales.
El libro tomó el título de aquella pregunta que generó el debate y acaba de ser lanzado por Ediciones Deceducando, un proyecto que nació en 2015 como revista digital, creció con un portal web con contenidos dirigidos a investigadores, docentes, padres y estudiantes, y ahora llega a la comunidad en formato impreso para abrir la colección Nuevas Pedagogías. “Esta colección pretende ser un punto de diálogo y encuentro que permita repensar la escuela y los vínculos que allí se ponen en juego. A través de una búsqueda genuina, queremos traer, de forma renovada, parte del pensamiento crítico que hoy atraviesa el campo educativo y encontrar nuevas voces que cuestionen y pongan en duda aquellas miradas”, explicó Javier Lamónica, director de la iniciativa.
“Deceducando es un movimiento que se encarna en palabras. Entendemos a la pedagogía como una tarea conjunta porque creemos que en el intercambio está la riqueza. Los desafíos de la enseñanza en los escenarios contemporáneos son múltiples y complejos. En este contexto, apostamos a la construcción colaborativa del saber y trabajamos en pos de la democratización del conocimiento”, agregó. “Deceducar”, para quienes llevan adelante la iniciativa, es también una forma, una actitud: “Es inclinarse por las preguntas incómodas antes que por las respuestas claras”.
La mirada de Ruth Harf
Los artículos que conforman el libro toman algunos de los ejes centrales que atraviesan el pensamiento sobre “lo escolar”. Entre diferentes miradas, y reconocida por su trayectoria, Ruth Harf -que se presenta como “esencialmente, una maestra”– aporta la suya para hablar de los vínculos y de la autoridad.
Compartimos algunos extractos de su texto:
“Cuando de la autoridad pedagógica se trata”, Por Ruth Harf
“Nos ocupa y nos preocupa el tema de la autoridad pedagógica. Si hiciéramos una encuesta acerca de lo que los docentes piensan hoy en día sobre este concepto, muchos de ellos harían referencia al reconocimiento, al respeto, a la intención pedagógica, a las normas y al manejo de la disciplina. En mi trabajo diario, es común encontrarme con educadores que describen una gran diversidad de situaciones respecto de la autoridad, dependiendo de la configuración que adopta dicha interacción dentro del aula. Es así como se puede observar que el modo en que los estudiantes aceptan o no la autoridad de sus docentes tiene que ver con el vínculo entre ambos, tiene relación con la forma en que los profesores ejercen su autoridad y con la manera en que los estudiantes la entienden, la aceptan o la rechazan.
Partimos de sostener que la autoridad no es un atributo personal sino un tipo especial de interacción por el cual se relacionan profesores y alumnos en el ámbito del aula, en un contexto institucional situado. El tema de la autoridad pedagógica fue y sigue siendo un asunto que genera controversias. Mencionemos algunas razones. Por un lado, podemos encontrar una gran diversidad de definiciones que no solo muestra que hay puntos de partida diferentes sino, incluso, posturas cuasi antagónicas.
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También podemos plantear otro tipo de preguntas: ¿por qué se cree que es necesaria la autoridad para poder educar, para ser un educador? Una de las respuestas posibles sería que la autoridad tiene la responsabilidad de sostener un espacio para que circule la palabra y los saberes entren en juego. Así entendida, la autoridad habilita el acceso al conocimiento de quienes asisten a la escuela para educarse.
Si partimos de estas miradas, se nos hace necesario renovar la figura del educador como aquél que establece una relación de autoridad con sus alumnos. Esto supone pensar en un educador que pueda permitir un vínculo de escucha, respeto, comprensión y diálogo. Estamos hablando de un educador capaz de interesar, motivar, movilizar y cautelar a sus alumnos, y que, al mismo tiempo, intente y se proponga reconocer su potencial individual y grupal.
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Podemos ver a la autoridad pedagógica como una relación entre diferencias, entre dos o muchos, cada uno de los cuales recorrió diversos caminos en la vida y en el mundo del conocimiento. Interpretar la autoridad desde la pedagogía es verla desde una relación práctica y reflexiva entre alumnos y profesores. Es una relación que se construye en una situación escolar de enseñanza y aprendizaje. El educador establece esta relación de autoridad a medida que logra constituirse como referente y al mismo tiempo no deja de ser el puente, vínculo entre los alumnos y el conocimiento.
Es muy importante tener en cuenta esto último ya que la autoridad pedagógica no solo busca y se sostiene en relaciones interpersonales sino que implica abrir caminos hacia el saber y, por ende, se apoya en una orientación hacia el aprendizaje de todos los alumnos, razón de ser fundamental de las instituciones educativas.
Esto no implica disolver o hacer desaparecer las asimetrías sino potenciarlas, es decir, que sean motores para ponerlas en diálogo con las otras formas de relación (igualdad, diferencia y autonomía) entre alumnos y docentes. El educador debe registrar que el valor de una relación de autoridad supone una renuncia a la omnipotencia, a la totalidad, al control del otro, a capturar y cambiarlo según sus deseos. La autoridad pedagógica debe poder articular: un saber pedagógico para fundamentar sus prácticas en marcos que articulen la teoría con la práctica, un sostén en la normativa -un encuadre en cuanto a derechos y obligaciones, garantizando la igualdad de oportunidades en la trayectoria del sistema educativo- y una vinculación con los otros que permita proyectarse e interpretar los signos y los sentidos de los demás, para comunicar y dejar que se comuniquen.”
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Además del breve ensayo de Harf, el libro compila textos de Daniel Brailosvsky, Jason Beech, Carina Lion, Carolina Gruffat, Carlos Skliar, Luciano Lutereau, Santiago Ragonesi, María Paula Pierrella y Norma Filidoro, entre otros. Más info en sus redes @deceducando.
Crédito foto portada: Noveduc.