¿En qué consiste la alimentación y la nutrición? ¿Cómo se puede enseñar la importancia de una alimentación saludable? En Maped Docentes conversamos con la nutricionista Florencia Alassia acerca de la alimentación y la nutrición, en especial en los estudiantes que se encuentran en una etapa de crecimiento dado que los nutrientes que consumen repercuten en su aprendizaje y desarrollo.
La alimentación es un factor fundamental en la vida diaria del niño. Mediante el aprendizaje, buscamos empoderar a los chicos y ellos tienen la capacidad de mejorar el mundo. A través de un mayor conocimiento en torno a lo que consumen, cuentan con más herramientas para poder decidir qué comer. Es esencial comunicarles que los alimentos que comen influyen en su aprendizaje y, por ende, en su potencial de lograr cambios en el planeta. Los invitamos a leer las reflexiones que Florencia nos compartió.
¿En qué consisten la alimentación y la nutrición?
“La alimentación y la nutrición son las bases de la salud de cualquier persona pero sobre todo para la salud de los primeros años porque los niños están en pleno crecimiento y desarrollo. Es de suma importancia no solo en cuanto a lo físico sino al sistema inmune, digestivo, al aspecto conductual, a lo relacionado al rendimiento físico e intelectual y a la memoria, entre otros. La alimentación y nutrición son la base de todo para poder funcionar, todo lo que te va a permitir funcionar correctamente y realizar las tareas de la mejor manera. La infancia es el momento crítico donde formamos los hábitos que en una edad adulta nos van a permitir tener o no salud. Hoy sabemos que hay un montón de enfermedades que vienen por malos hábitos de la infancia y están relacionadas a la forma en la que nos alimentamos. Todo lo que podamos sumar desde el momento más temprano significa regalar oportunidades de salud a futuro. Siempre digo que una buena alimentación es como la primera línea de defensa frente a enfermedades a futuro.”
¿De qué formas las escuelas pueden educar acerca de la alimentación saludable?
“Tendría que haber una materia que sea educación alimentaria. Pero creo que desde el momento cero, desde el jardín, se debería enseñar con el ejemplo: que los encuentros de desayuno y merienda sean saludables y que aquello sea algo natural; que en el colegio haya comida saludable y que las galletitas sean algo ocasional. Uno educa en la escuela, no se puede dar el mensaje erróneo. Desde el comienzo tendrían que haber actividades divertidas y motivadoras para que los chicos puedan identificar qué comidas son saludables y cuáles no, por qué no lo son, para qué sirven, qué nos van a permitir hacer y qué pasa si comemos mucho de lo otro. Hay que tratar de incorporar estos contenidos desde el principio de forma entretenida porque todos tenemos el derecho de tener esta información. Hay que aprovechar la curiosidad y la necesidad de aprender de los chicos, están en una edad en la que absorben todo. ¿Por qué explicarles a los niños? Porque se los empodera con información para que puedan elegir.
Tengo un nene de 4 años y comenzó el jardín este año. Uno quiere regalarles salud y que coman sano. Sin embargo, en el primer día de jardín o en días festivos se les da una golosina por ejemplo y se asocia esos momentos de felicidad, disfrute y festejo con cosas que hacen mal cuando en realidad tendríamos que naturalizar otra cosa y aprovechar el momento de encuentro con otros pares para que puedan hacer ejemplo y formas distintos hábitos.
Uno está bombardeado por todas las aristas para consumir ciertos productos. Los alimentos reales no tienen publicidad, como una fruta o verdura. Más allá de una decisión familiar de que coman sano, hay niños que tienen dificultades o intolerancias y no pueden comer determinados alimentos sintiéndose excluidos dentro de los colegios. Comienza por lo que se ofrece en los colegios, por las opciones que hay.
No hay que considerar solamente el peso de la persona porque por más de que tenga un peso esperado para su edad, puede tener una malnutrición por exceso de calorías vacías o déficit de vitaminas y minerales. Las vitaminas son fundamentales para el desarrollo cerebral porque generan neurotransmisores que permiten memorizar, experimentar, generan conductas positivas, y están relacionadas con potenciar el aprendizaje. De lo contrario, vas a tener a un niño malnutrido, que presente irritabilidad, déficit de atención y concentración, bajo rendimiento físico e intelectual, que se cansa.”
Además de educar a través del ejemplo, ¿qué recomendaciones darías a los docentes para una educación alimentaria?
Florencia recomienda diferentes actividades que estimulen a los chicos: “A través de lo lúdico y dinámico es cuando más se aprende. Todo lo que llevamos a la práctica es lo que más vamos a interiorizar. Cuando lo hacemos es cuando realmente lo aprendemos”, expresa con decisión. En el aula pueden jugar que van al supermercado y son los encargados de realizar las compras, decidiendo qué alimentos llevan a su plato. A partir de lo que compran pueden pensar en los beneficios que les aportan esos alimentos, cómo se van a sentir. También pueden aprender cómo armar un plato nutritivo para cada comida del día. Asimismo, propone el juego del semáforo: que los alumnos indiquen a qué color pertenece cada alimento, siendo rojo uno que deben evitar o comer de forma espaciada y verde que deberían comer todos los días. Florencia además recomienda integrar una huerta a la escuela ya que de esa forma tienen contacto con los alimentos de verdad y su origen, y entienden los ciclos de la naturaleza. A su vez, sería interesante que los colegios cuenten con kioskos saludables.
“Me parece fundamental que las escuelas tengan sinergia con la educación en las casas. Tiene que haber una comunicación con los padres. Se les puede dar algún material o folleto para que se lleven. Es difícil hacer un cambio de la noche a la mañana para alguien que no come saludable pero muchas veces son los niños los que generan cambios en las familias.
A los padres se les puede avisar lo que se trabajó en la escuela y que tengan en la casa alimentos que se discutieron en clase. Se puede proponer una agenda de recetas saludables que se vaya pasando de familia en familia. Uno escribe su receta saludable favorita y al final se puede elegir la más copada y completa. Se pueden hacer talleres de cocina. A todos los nenes les gusta cocinar, son felices cocinando, no se aburren. Deberíamos involucrar más a los niños en la cocina, en la preparación de alimentos, la compra, en seleccionar el menú.”
Conocé más acerca de Florencia Alassia en su cuenta de Instagram @lic.florenciaalassia.