La música es una de las manifestaciones artísticas que se encuentra presente en las diversas culturas del mundo. Es fundamental para el desarrollo cognitivo y nos ayuda a expresar emociones, ideas y pensamientos. Como parte de nuestras ambiciones, buscamos que los chicos encuentren su talento y lo desplieguen, y pensamos que la música es un arte a través del cual los niños pueden trasmitir lo que buscan cambiar en el mundo, donde pueden hallar disfrute, y además potenciar su inteligencia emocional, incluyendo la empatía y la perseverancia. Un niño con una gran capacidad de expresión, es un niño que a futuro tendrá más herramientas para llevar a cabo proyectos, logrando un cambio en su familia, en su entorno e incluso a nivel global.
En Maped Docentes tuvimos la oportunidad de conversar con Romina Morello, musicoterapeuta y una de las socias que forma parte de EMDO (Equipo Musicoterapéutico Del Oeste). EMDO surgió en 2019 y está conformado por cinco miembros, todos musicoterapeutas. Las socias iniciales buscaron que el equipo esté únicamente conformado por profesionales de dicha rama, ya que no es común que un equipo abocado a la salud esté conformado por una sola especialidad sino que se trata de equipos interdisciplinarios. Sin embargo, como sus pacientes realizan variadas terapias, están en permanente intercambio con otros profesionales logrando un acompañamiento más completo.
- ¿Qué es la musicoterapia?
“Es una disciplina de la salud. Es el uso profesional de la música y sus elementos (ritmo, melodía, armonía) para un bienestar y la promoción de la salud de un individuo, un grupo o comunidad, en el ámbito educativo, clínico, hospitalario.”
Romina enfatiza en hacer la distinción entre un educador musical y un musicoterapeuta. Afirma que el encuadre, los objetivos, los métodos y la planificación son diferentes mientras que los recursos son siempre los mismos: la música, la voz y el cuerpo. Por un lado, el educador musical persigue objetivos educativos relacionados a la didáctica musical y planifica de acuerdo a un diseño curricular, dentro de un encuadre educativo. Por el otro, en musicoterapia el objetivo y el encuadre son terapéuticos empleando a la música como recurso y se planifica en torno a la necesidad del paciente, incluyendo métodos como la improvisación, la creatividad y la expresividad.
- ¿Cómo impacta en chicos de etapa escolar?
“La musicoterapia atraviesa un montón de esferas del individuo en el ámbito educativo. Contribuye en lo cognitivo, educativo y pedagógico pero atraviesa otras esferas como la emocional. Es capaz de abordar temas puntuales como una pérdida, duelo, conflictos dentro del aula, conductas disruptivas.
Este tipo de terapia impacta en el desarrollo integral de la persona. Puede contribuir a la creatividad, estimular el aprendizaje a través de técnicas de interés del grupo, fomentar la motivación, generar confianza, favorecer destrezas motrices. Asimismo, facilita la memoria, la comunicación a través de la palabra y gestos y el desarrollo emocional. Favorece cuestiones relacionadas con el aprendizaje de una forma implícita.
En general, en el ámbito escolar no se trabaja de forma individual, a no ser que sea un caso puntual, sino que se trabaja lo grupal y vincular. El profesional puede hacer una lectura de cuál es el conflicto, la dinámica que se aborda, y armar un plan para contribuir a la resolución del problema utilizando diferentes técnicas con la música como centro.
Hay que tomar y potenciar al máximo el interés espontáneo y natural que tienen los chicos con la música. La educación musical actúa en el ámbito escolar como promotor de la salud desde lo más salutógeno que tenemos que es la expresividad. La música es una de las mayores inteligencias que puede contribuir a todo lo demás porque involucra los dos hemisferios. La música contiene lo emocional, además de lo cognitivo y racional.”
- ¿Cuál es la conflictiva más común entre los grupos?
“Lo más habitual es lo vincular. Dentro de un aula hay individuos con sus conflictivas personales. Cada uno en un grupo ejerce un rol: está el que te boicotea la actividad, el que te refuerza y colabora, el que contribuye a la unión grupal. Uno visualiza los roles y lleva adelante estrategias para cambiarles el rol y la direccionalidad. Se trata de generar un conflicto para que lo puedan resolver en una actividad como armar una canción, un ritmo y se genera un aprendizaje para la vida. El musicoterapeuta puede intervenir beneficiando los vínculos, favoreciendo el respeto a la diversidad, el respeto a los tiempos del otro, el lenguaje, la motivación, la creatividad, la expresividad, que hacen que el grupo pueda avanzar.”
- ¿Nos brindarías un ejemplo para utilizar la música dentro de una conflictiva vincular?
“Sin pensar en la canción que es el recurso más utilizado, se puede trabajar al hacer una secuencia rítmica sencilla. Siempre va a aparecer el que no lo va a querer hacer o lo hace a destiempo. En vez de enfrentarlo, podés darle el lugar para que forme parte haciendo que el resto del aula lo copie y luego que termine el turno se le da lugar a otro que tal vez no se siente escuchado. Le das a cada uno un lugar con algo muy sencillo como lo es repetir un ritmo para que todos pasen por distintos roles. En el juego uno piensa de qué manera se puede integrar un alumno a la dinámica del grupo. Se pueden armar grupos y competencias con canciones o raps con cosas que les sean de interés. Siempre tiene que haber una consigna precisa y a partir de ahí se da la posibilidad de que jueguen a lo que les gusta buscando cambiar de roles, favoreciendo los vínculos.”
- Para que la música esté más involucrada en el día a día, ¿qué sugerencias les darías a los docentes para que la incluyan en el aula?
“La música puede estar siempre. Uno puede hacer un recitado, no es necesario saber cantar. Puede enseñar a través del recitado porque es música, un lenguaje distinto que les capta la atención, cambiando la forma de decir las cosas, poniendo un ritmo, jugar con sonidos graves y agudos, o hasta susurrar a través de un tubo. Se busca que las formas de enseñanza sean más amenas y sean recepcionadas de otra manera. Permite motivar a los chicos y afianzar la confianza. Algo simple como hacer un rap de letras incluye contenido a través recursos musicales, por ejemplo. Las canciones brindan mucho material para el aprendizaje. No hace falta ser un experto. Hay que buscarle la vuelta para que sea más motivador y que genere un interés porque luego todo lo demás viene solo.”
Conocé más acerca del Equipo Musicoterapeuta Del Oeste en su cuenta de Instagram @musicoterapia.emdo.